17 marzo 2013

ELUCUBRACIONES DE UNA MENTE DOMINICAL AUTISTA







Abro los ojos y el cielo no me engaña, él cree que puede, con su azul despampanante y sus nubecitas blancas, tan inocentes, tan inofensivas, que pareciera que es miércoles, me gustan los miércoles. Pero no me engañan, sé que es domingo.

En los domingos todo es diferente, la luz cambia, el sonido de los días cambia, el olor del día a día es distinto.
Por lo general me invento planes dominicales para no morir de tedio, y a veces, lo consigo. Otras veces, por más planes que haga, la marca dominical me persigue sin piedad.

Todos los domingos son distintos, pero siempre son domingos. Las seis de la tarde, sin embargo, esa hora en que la penumbra convierte en bultos todo a mi alrededor, es igual siempre. No importa que tan lejos esté, no importa que tan bueno haya sido el plan del día.

Ahora, si el domingo es un día fatal, nada es comparable con que sea domingo y esté lloviendo. Tengo un problema con la lluvia; me encanta, pero a ciertas horas y ciertos días. Creo que la depresión tiene nombre y apellido; domingo con lluvia. Por ejemplo, pienso que no quisiera morirme un domingo por la tarde mientras llueve. Creo que morirse así sería de muy mal gusto.

Otra característica importante tiene que ver con el grado de autismo que puedo alcanzar al final del día. Estoy convencida de que no debería tener una primera cita un domingo. Primero porque no soy una persona coherente y podría decir muchas estupideces. Segundo porque quisiera saltarme todo el debido proceso y arruncharme a ver una película en mi cama. Creo que soy poco emocionante en estos casos, mejor descartar primeras citas.

Cuando llega la hora de la comida, puedo echar mano de los nunca bien ponderados espaguetis; la mejor alternativa de un soltero, además de la arepa, claro está. La mayoría de las veces prefiero comer a la carta, pero hay domingos en que me pongo de reflexiva y me acuerdo de ese novio que tuve hace mil años y que me decía: “Pero si tenemos comida en la casa, ¿para qué gastarnos la platica?” No soy de ese estilo, creo que por eso, entre otro millón de razones, no estamos juntos. Pero bueno, volvamos al punto, decía que me acuerdo de esas palabras y decido ahorrar un poco, para que además de tener que soportar un domingo lloviendo, no deba cargar con sentimientos de culpa monetaria.

Después de la comida no quiero otra cosa más que ver una película bien romanticona, de esas que dan nauseas. Ojalá que sea protagonizada por Julia Roberts, Jennifer Aniston, Meg Ryan, Adam Sandler, Drew Barrymore, Cameron Díaz, Hugh Grant, Jude Law, Gerard Butler, entre otros. Menos Renée Zellweger. Si tengo un helado gigante mucho mejor, más si es de chocolate, y ahí la cosa se va componiendo.

Cuando se va acabando la noche, vuelvo a ser una persona normal, pensando en las mil cosas que tengo que hacer en la semana, las citas que no puedo olvidar, las cuentas por pagar, El Papa, Chávez, Uribe y Santos, Fajardo y Gaviria,  y…Pensándolo bien, creo que prefiero el domingo.


4 comentarios:

  1. Lina, me identifico con tu escrito, sobretodo donde dices que el domingo es un día diferente... siempre he pensado que el sol de los domingos es otro; pero a la vez pienso que somos nosotros los que lo vemos diferente, por ser el día del descanso. ¿Si descansáramos los jueves -por ejemplo- también los veríamos distintos?

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  2. Los martes son más tranquilos
    El domingo es un día de reflexión tal vez sobre lo que hiciste en la cuasi-presente semana y lo que harás la próxima, ya hay mucha carga en mi existencia como para ahondar en pensamientos profundos los domingos.
    Es mejor el martes, el lunes todavía hueles a domingo y comienza la semana en la que se supone que debes desarrollar lo que cuasi-planeaste el domingo en medio de la depresión (solteros). El miércoles ya estoy cansado de saber que faltan dos días, pero para qué? si mi semana nunca termina..., la gente normal trabaja de lunes a viernes - sábado si son workholics en medellín tal parece que muchos salen el viernes al medio día. Respecto al jueves y viernes... son días rutinarios sabes que debes terminar la semana, le pones un poco de pique al salir con amigos, en realidad crees que eso te llena un poco.
    El viernes en la noche solo quiero dormir. Bostezo desde las 6pm siempre, me pierdo las rumbas. El sábado trabajo desde el medio día hasta las 5pm después de las 5 busco salir pero no hay mucho por hacer una vieja rutina de ver un estreno en el cine y después un trago y bueno sobre el domingo.
    El martes es joven, para mi tiene las ilusiones de la semana por que aún estas a tiempo...

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  3. me hizo reír mucho tu escrito, en mucho tienes razòn. espero encontrarlo muy pronto en una librería.

    un abrazo.

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  4. ha! El espagueti del domingo soltero! Ese es como buen disfraz pa' halloween, no?
    ...y si, la luz si es distintica los domingos. Que bueno que le dijiste al domingo, ya era hora que alguien le fuera diciendo la verdad. Bien hecho!

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